7 de septiembre de 2025

¡Aprestad el bridón!

 

Los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana”

frase atribuida a Chavela Vargas (n. en Costa Rica 1919/ 2012).


Una persona es mexicana de nacimiento, sin dudas, si sus padres lo son; no importa en cual planeta, la estrella ni la galaxia donde moren; si nace en México, no importa de cuál nacionalidad sean sus progenitores; si nace en una embajada o en una nave mexicana, no importa en qué parte del universo se encuentre el navío. Pero, sobre todo, uno es mexicano por designio divino: de las tripas sale el “¡Ay Jalisco, no te rajes! y, ‘pa’ pronto’, te sacaste al balcón mexicanito antártico”.
Para acreditarlo basta pasar un examen en español de la historia mexicana, cosa que me parece excesiva con solo asomarse a un libro de historia pasa a darse cuenta de que el examen es así de difícil. 

Los libros de historia cuentan los acontecimientos con saltos, ganchos y rebusques; el “hombre de Tepexpan" no sabía que era mexicano, pero lo es; ¿Qué le dijo don Agustín de Iturbide a don Vicente Guerrero  que se enojó? ¿Por qué Don Antonio López de Santa Anna era tan coqueto con las mulatas que nos hizo perder tantos latifundios? ¿Cómo perdió Pancho Villa la cabeza? ¿Quién inventó el traje de Charro, fue un austriaco? ¿Qué francés escribió el himno nacional? ¿Quiénes mataron a Calles? ¿Por qué Obregón acabó con Venustiano Carranza, si ni esquina hacen? son preguntas para los peritos históricos quienes son más felices con ellas que sin ellas ¡A mí no me molesten con las respuestas, me quedo con las preguntas!
Uno que llegó yugoslavo, a jugar fútbol, resultó serbio y acabó mexicano; Supe de mucho gringo que se mexicanizó… creo que conocí a uno de esos, pero era gringo canadiense: llegó a Veracruz y empezó a vender seguros para las cargas de los navíos, ¿Sería el capitán Morgan?

Y para algunos el asunto de mexicanizarse es algo que les preocupa.
Algo tiene el ser mexicano porque a mucho deprimido nipón kamikaze se le quita lo suicida cuando descubre que es mexicano. Así fue como regresaron más pilotos del Escuadrón 201, de los que se fueron, varios “Hijos del Sol naciente” vinieron a la tierra del Sol. De pronto: le hierve la sangre, se para a bailar con quien sea una cumbia colombiana, pero ligeramente lento, como mexicano, o un danzón cubano, pero “a las de acá”… o foxtrot americano… pero digo, con su salsa; Si eres así escéptico y crees que no sabes cómo bailamos, pues es así, no más, ¡como te estoy contando!
Lo intrigante es que por acá hay toda clase de ritmos que no eran de aquí y ahora, ya son.
Que la polka, la quebradita, la lambada, hasta la tambora sinaloense llegó con los aires de Alemania y Viena. La Canción dice que de Cocula es el Mariachi gracias a lo francés, negro y gachupín; Vamos que “El torito” que en esa rola piden que le suelten es más europeo que un húngaro gitano. 

Como ves, todo se mueve a lo mexicano, ha de ser la quinta ley de la termodinámica, el universo es tropomexicano.
Ya se sabe que la poblana era china y si nos vamos desgranando vamos descubriendo que hay mexicanos pa’ echar pa’ arriba que ni siquiera saben bien a bien que fueron o serán mexicanos.
No me gustan a mi las teorías de la conspiración; bueno no mucho, porque a todo mexicano nos gustan, algo;  pero mi hermana me convenció de que los olmecas eran extraterrestres que quisieron ser mexicanos… y los mayas… salieron de los parajes centroamericanos y acabaron en Tamaulipas… Por eso se llama huasteca, la potosina (que es una mexicanizacion de cierta región boliviana)

Podría agregar mil cosas más; de lo mexicanizado y lo que han intentado extranjerizar…

Por lo pronto pienso mexicanizarme unos pretzels; los voy hacer con tequesquite… y bautizaremos a las coles de Bruselas con salsa verde


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