31 de agosto de 2018

¡Guerra, guerra....!, ¡Patria, patria...! ,¡Ciña oh patria!...

Después de los honores a la bandera, los de todos los lunes, la maestra de tercero de primaria y que era la encargada de las ceremonias cívicas ese año no dejó que entraramos a los salones de clase. Nos ordenó escucharla en posición de descanso un merecido regaño que valió muchos ensayos en el salón de clase.

Todos estábamos preocupados por las consecuencias de nuestro comportamiento y cuando digo todos me refiero al alumnado de la escuela (aunque también algunos profesores se miraban unos a otros con preocupación y culpa). Nuestro pecado era no sabernos de manera exacta el Himno Nacional, unos empezamos a cantar una estrofa y otros otra...¿Cuál va primero, si son tan parecidas y dicen cosas tan extrañas?

El regaño de la profesora Elvia fue un gran y grave detonador en mi vida, su discurso apasionado definió buena parte de mis decisiones académicas, sociales, económicas y políticas desde ese entonces hasta la fecha.

"¡Cómo es posible que la Emperatriz Carlota, una extranjera, haya querido más a México que ustedes!"- exclamó con vehemencia- ¡Ella enseñaba el himno a los niños en México y ya desterrada, viuda y desquiciada lo seguía cantando en medio de sus alucinaciones y locura!

Todo ese regaño me intrigó sobremanera: ¡Hubo en México una emperatriz y las personas "enloquecen"!... Semejantes datos me llevaron a preguntar, leer y investigar cuanto pude de "El Segundo Imperio" y como consecuencia del primero... (En realidad el primero es el tercero; el segundo, cuarto y el primero fue el maya). Y además todo lo que pude de la locura (que no es una, sino un montón de enfermedades mentales)

Eso sí: sigo confundiendo las estrofas del himno ¿Cuál va primero "¡Ciña oh patria tus sienes...!" o "¡Patria, patria tus hijos...!"? Aún no se quien es "Masiosare" y para qué hay que "prestar el acero y el bridón..."

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