Dedicado a Ethan Mateo, Emmanuel y José Carlos.
¡Bienvenido a bordo!:
Como parte de la comitiva que te acompañará algunos años en este viaje al futuro, sin retorno, me tomé la libertad de escribirte unas líneas con la intención de que reconozcan las oportunidades que tienes y las explotes al máximo para ser tripulante de excelencia de la Tierra, la nave en la cual las personas humanas viajamos por el espacio y por el tiempo.
La clave de todo está en «La pregunta»; en mi caso surgió a los pocos años de vida y cuando la ví escrita, muchos años después, quedé conmovido; muchas veces vuelvo a leer ese libro (Joseph Gevaert, «El problema del hombre, introducción a la filosofía antropológica») y en varias ocasiones no paso de las primeras páginas (es casi al principio que está descrita la pregunta). Supongo que te preguntaras ¿por qué vuelvo a leer el mismo libro? La primera vez que lo leí tenía unos veinte años; cuando cumplí treinta tenía algunas preguntas para el mismo libro y me vino bien leerlo para encontrar sus respuestas a mis inquietudes. Así a los cuarenta, cincuenta. De cuando en cuando lo vuelvo a leer para encontrar nuevas reflexiones; lo que me da pie para un consejo en paralelo: ¡No pares de leer, es una experiencia maravillosa!. Es la única manera conocida hasta el momento para viajar al pasado (ahora mismo, mientras lees esta misiva estás en un viaje al pasado: al momento en que finalmente pude escribir esta carta). La mayoría de los libros explican la manera en que funciona nuestra nave, la querida Tierra, y todo lo que ha hecho el ser humano. En casi todos los libros se trata de responder «La pregunta».
Son muchos los filósofos, educadores, pensadores, héroes, mártires, políticos, empresarios que se han formulado «La pregunta» y cada uno, a cada instante la contesta y hay casos de quien ha ofrecido su respuesta de manera definitiva, en un instante. Pero también se la plantean las personas que deambulan en la calle con variadas necesidades, intenciones y ambiciones. Las personas mientras se trasladan, sobre todo si están atribuladas, tratan de contestar esa, no sin desazón.
Ahora que hablo de transportarse te invito a que lo hagas en bicicleta. Es «El vehículo». Muchos automovilistas y choferes las odian; hay ciclistas muy audaces. Aun así, viajar en bicicleta brinda una perspectiva que no ofertan el auto, el autobús, el tren ni el avión o caminar. Viajar es, a mi gusto, una manera de descubrir nuestro día a día (estamos peregrinando, de hecho). Has iniciado el viaje en términos espacio/ tiempo y existe un fenómeno bien curioso: Si decides viajar por todos los confines de la Tierra, tardaras tanto que cuando regreses al punto de origen te parecerá bien diferente y hasta difícil de reconocer. Aun cuando no nos movamos de nuestra residencia o de nuestra ciudad estaremos viajando, porque todo a nuestro alrededor está moviéndose, mejorando o degradándose. ¿No es maravilloso?.
«¿Cuál idea vale tu vida» es «La pregunta» y lo valioso es tu respuesta. ¿Estás dispuesto a cambiar tu existencia por esa idea?. Si tienes buen tino en la respuesta, serás tripulantes de excelencia de nuestra amada Tierra.
1 comentario:
Es una muy buena pregunta.
Lo interesante es que no necesitas "morir por" esa idea, sino "vivir para" esa idea, detrás de la cual espero siempre haya personas reales, con quien compartir, vivir esa idea, esa respuesta.
Muchas gracias.
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