29 de noviembre de 2013

Transportarse en la Ciudad de México

Una coreografía de cientos de miles de personas inicia el día con rutinas que incluyen flexiones, reflexiones, genuflexiones, acicales y afeites. Es una turba repleta de fe. Creencia ciega en que todos, casi todos o al menos la gran mayoría respetará leyes y símbolos. Saltan con algún asomo de esperanza buscando desde botón o cambiar el mundo, pasado por metas como la fortuna, la fama y el poder... toda clase de ambiciones justas o aviesas convergen en las ofertas de transporte que la ciudad tiene.

 Las personas más afortunadas podrán salir de su hogar y llegar a su destino en auto, quizá sin necesidad de apearse. Desde el confort de su vehículo pueden ver actos de malabaristas, ventas al detalle, desfile de  protestas, marchas, peregrinaciones y hasta la formación de plantones aun sin acceso a la Internet, este entretenimiento es caro, los vehículos oscilan en precios desde los miles de pesos hasta los millones.
No hay nada más democrático que una avenida que no avanza: Sea un "onerosorrari" o un "basuru"... Igual estás mirando como te rebasan las bicis.


 Una manera de sacar ventaja de un vehículo particular es transferir el riesgo con lo cual uno pone la integridad física en manos de una persona que puede ser diestro o siniestro, prudente o psicópata. Usar taxi es, al menos treinta por ciento más barato que usar auto particular y podrá uno mejorar la renta con un taxista consuetudinario. Un chofer es tan caro como el auto mismo.

La mayoría de las personas usan las llamadas "microbuses" (para mi es un misterio porque es un sustantivo femenino, pero lo es). Actualmente han perdido algunos derroteros por privilegiar la autoridad otros vehículos públicos, aun así siguen siendo el transporte de mayor cobertura. Los sectores de la ciudad más alejados, nuevos o peligrosos cuentan con una ruta de las "micros". El asunto aquí es que si uno rebasa las dimensiones promedio abordará el legendario "apando" que no cabe uno de pie, ni sentado, ni en cuclillas, ni acostado.

Las más de las veces se tiene que combinar vehículos, uno de los ingredientes inevitables es usar el tren metropolitano denominado Metro. Estos vagones han sido convenientemente diseñados, de hecho las dimensiones son de clase mundial y caben ahí desde enanos hasta gigantes y cumplen aquel adagio que reza "de lo bueno, poco". Poca vigilancia, poco oxígeno, pocos trenes y, por consecuencia "de lo malo, mucho". Muchos vendedores, muchas personas, muchos atracos, muchas incomodidades. Aun así no falta quien se desayuna unos sopes con mucha salsa y por hábil que sea, el que lo intenta, se mancha


Los camiones de la línea RIP (Red de transporte público, por sus siglas eufemistas) son virreinales,  amplios, diseñados por expertos, de tarifa accesible, la más de las veces limpios y la autoridad en una coherencia solo achacable a los ascetas anarquistast han reducido la cobertura de esta red sistemáticamente. Estos vehículos solo se detienen en paradas específicas, que están convenientemente señaladas en la lateral de la avenidas. Es recomendable mirar si hay vendedores de golosinas cerca de la "parada", si no lo hay la señal es legal, pero no se acata. (de ahí lo virreinal)


Una opción es el bus en carril confinado, inventado en Colombia, el primero adoptado en México fue en la Ciudad de León y ahora en la Ciudad de México, este transporte tiene los mismos beneficios que "El Metro", salvo los vendedores; estos no se animan a vender sus productos ahí por la sencilla razón de que no caben, así que suelen estar apostados a las salidas de las estaciones. Puede uno armarse de paciencia y esperar inútilmente un camión con espacio para una persona, o puede meterse a desafiar los principios de la física y de las buenas costumbres.

El tren ligero es uno de los conceptos menos eficientes, son trenes articulados eléctricos que han usado los chasis de los viejos tranvías (dicen las autoridades que esto no es cierto, pero todos los usuarios convienen que es así) Todas las personas llevan el mismo destino, lo que da por resultado que en cada estación cada vehículo este ricamente          saturado en humanos, hasta provocar transplantes vía ósmosis.


La mejor de todos las opciones es la bicicleta: Llega a cualquier parte de la ciudad, dependiendo un poco de la maestría del ciclista; el tiempo de recorridos (puerta a puerta) es el mejor en todos, es además un ejercicio  que promueve infinidad de beneficios físicos. Además las personas tienden a admirar a los ciclistas (vivos o muertos) . Los bloqueos de manifestantes, las zanjas, el tráfico, los choques, las camionetas blindadas, las mismas micros, bueno hasta los carriles confinados del metrobús, todo se confabula en favor de las bicis, por ello son excelencia para transportarse... prácticamente nada detiene a una bicicleta, salvo una madre, que conduzca una camioneta y que no haya montado jamás una bici...


Debiera uno considerar el más humano de todos los métodos de traslado: Caminar es casi tan saludable como andar en bicicleta.Si de compras se trata nada hay mejor para mirar cada aparador, cada tienda. Si no fuere por la calidad de las banquetas o por la cantidad de puestos de vendedores o por la cantidad de pedigüeños que ahí habitan y que llevan a la mayoría de los transeúntes a caminar por el arroyo...

La autoridad ha sido muy severa con las personas que pasean a su perro, les exige levanten el excremento canino, así cuando uno pisa una hez tenga por seguro que "errar de humanos es".

Cada día formamos parte de una coreografía fabulosa (creo que mundial) que cree y que espera, si le damos la ocasión a la pequeña caridad (ser amables) seguramente mejoraremos al mundo.





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