16 de junio de 2013

Madre hay una. Padres, hay muchos.

Aun cuando no he criado ninguno, ni he instruido a alguno, la profesión es una losa y mis amigos que son padres suelen hacerme consultas, unos más otros menos... pocos nada; Aun no se si mis comentarios han ayudado en algo, siquiera alguno, pero la experiencia me permite hacer una descripción de los progenitores al caso. Debo admitir que también los padres de mis amigos han aportado experiencias... así que van los tipos.

El padre primerizo suele ser preocupón; si los ojos son acerados, pensará que su chilpayate es un ser extra terrestre; aunque después del parto le contó los dedos, se los vuelve a contar y luego hace cuentas de todo lo que el ser humano en proceso de desarrollo le habrá de costar.

Pronto emerge el padre "descubridor" que piensa que los movimientos iniciales del bebé indican algo de su personalidad, aunque casi todos los comportamientos son instintivos, no hay caso, está convencido y si ha tenido varios dice cosas como "Macelita es distinta a Maricrucita"... y ha demostrado el punto, no hay dato que le convenza.

Padre imitador, es genial, pues en cada reunión encuentra una asociación para hablar de su crío e imitar sus movimientos; así cuando en una junta sale el comentario "Las acciones están a la alza" este padre dira: ¡Como mi hijo, que se alza así (¡y lo imita!). Son geniales.

El padre confundido, es el que no entiende porqué su hijo le golpea, le tira los cabellos o los pircings, le mesa la barba. Si está uno acompañándolo en la cantina, puede uno decir: "que mesera tan buena", a lo que responderá... "¡lo que estaría bueno saber es por qué mi hija me pega!"

El padre alterado suele tener un pilluelo por hijo (o sea: Todos) así pregunta a diestra y siniestra, incluso a una chava en el super mercado: "¿tiene usted hijos, son tan traviesos como el mío?, porque tiró del mantel y nos quedamos sin cena..."

Luego están los padres anecdótidos, que cuentan toda aventura como si la gran cosa, en especial enfrente del protagonista, que siempre queda avergonzado aun cuando sea un héroe... el caso es que terminando la anécdota con cierta cantaleta de fastidio dirá "¿por qué cuentas esas cosas Papá?"... el aludido quizá tenga que pasar una tarde amarga, pero mientras pueda seguirá con sus historias: ¡Cuando Pepito se perdió...!

Los padres en dilema suelen hacer preguntas como: ¿de qué sirve tanta instrucción y educación si van a hacer lo que les venga en gana?. Puede que de ahí no pasen pero existen dos instancias más: El padre que adquiere blasones por herencia... "Mi hijo es Master Genius y eso que yo no terminé la preparatoria...", "Mi hija es una súper experta en mercadotécnia, ¡que bueno que le recomendé que estudiar! (suele suceder que la jovencita diga, si está presente, "siempre quisiste que fuera médico", a lo que el progenitor le dirá "o mercadotecnia...")

La última instancia es del todo especial, de mis amigos padres solo dos han llegado. Si ya les aconteció saben de que estoy hablando y sino es muy probable que si nos vemos no dejarán de fastidiar con el asunto, así que espero el comentario... 

1 comentario:

ursula dijo...

excelente!!!!! muy a propósito de la celebración :)