12 de octubre de 2011

12 de octubre, sin olvido; equívoco

“Y porque la carabela Pinta era más velera e iba adelante del Almirante, halló tierra e hizo señas que Almirante había mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana: puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vido lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra… a las dos horas después de media noche pareció la tierra….”[Cristóbal Colón,”Los cuatro Viajes del Almirante”]

El primer viaje se organizó casi sin dinero, aprovechando los apuros y deberes, presionando a los evasores fiscales y abriendo la oportunidad para que empresarios tomaran ventaja, ya fuera de la ruta comercial o de la explotación de lo que se hallare… Así las cosas conocemos a la Niña, pero pocos sabemos que así se llamara por que era Niño su dueño y empresario mayoritario de esa navecilla, Pinto el que comandaba comercialmente a la Pinta (algo así como los torneos de tenis y demás competencias)… Curioso que la Santa María sea recordada pues, de esta otra manera, ya que las otras también tenían nombres de santidades a quien se encomendaban.

La Niña hizo los cuatro viajes y la Santa María no regresó del primero; La Pinta siguió derrotero diverso y ágil de retorno en ambiciosa carrera, para hacerse del mérito y los derechos ante los reyes españoles, pero tornó antes Colón a la corte y rebasó por poco a los Pinzones; capaz que hoy las estatuas del genovés fueren de otros, hasta portugueses trataron de evitar el regreso de don Cristóbal.

El cuarto viaje de Colón en su búsqueda de puerto Chino o Indio lo realizó con capital casi todo propio; Como ya nadie quería aceptar sus condiciones fueron jóvenes, muy jóvenes quienes aceptaron el desafío. De sobra está decir que hubo marinos de trece años o doce acaso en el primer viaje, pero fueron mayoría en el cuarto. Y a esas diestras manos dejó encomendad su vida el Almirante del Mar Océano; Me figuro que las madres modernas perderán un poco la compostura, sobre todo aquéllas que quieren evitar que otros abusen de sus chiquitos de veinticinco… como sigan así las cosas… ¡habrá películas P.G. treinta!.

Y mientras los prodigios que hallaba, y los semblantes novedosos, amén de lenguas y costumbres además de maravillarle le convencían de estar cerca de China, y aun cuando lo descubierto ya en su lecho de muerte seguía pensando en que no estaba lejos Turquía, de ahí la abundancia de guajolotes. Así de empecinados estamos en considerar que las muertas de Juárez o los cadáveres de Veracruz son consecuencia de la presencia del ejército que no de la abundancia de adictos y criminales… ¿o sí llegó Colón a Katai?

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