A los conspicuos les han matado la prole. ¿qué hacían estos criollos colmándose de vino en la noche? ¡quien sabe!, ¿por qué procuraban amistades que se envilecían con drogas? ¡ha saber!, pero los secuestraron o les mataron, les dispararon o les mancillaron. ¡Ay, crueldad tan grande esa de molestar a los conspicuos!.
Otras personas han sufrido lo mismo o más pero eran de la tribu de los olvidados. ¿quién pena por los menesterosos?, ¿quién clama por los ignorantes y mal vestidos?, ¿quien por los que han hambre harta?. Nadie. Hay que ser de los famosos… así sea por bellos, o por algo… si no se es famoso, por lo menos hay que aspirar a serlo.
Los conspicuos arrastran a los aspirantes a famosos, que son casi de la misma tribu, para que cambien las cosas al tiempo aquel en que podían salir a trasnochar sin temer perder el haber o el ser, o el estar, o el bienestar…
Y yo pensé que los famosos algo sabrían, o tendrían o procurarían, pero me va que lo que poseen lo adquirieron por casualidad pues todos van a la casa del mago a pedir justicia, o venganza… o no se que magia. ¿dónde quedó la razón de estos conspicuos que buscan en un mago la solución a sus males?
¿Puede un hombre, así sea médico, detener todas las pestes, todas las plagas, todas las enfermedades?. No puede; ¿Puede un ser todo poderoso impedir los excesos y crímenes de los facinerosos, así sea militar? No puede. ¿Quizá el genio y la ciencia que socorren al erudito impida cataclismos, meteoros y calamidades? No. Nada pueden.
¿Puede entonces el gobernante con todo ello?, ¿Será un héroe tan formidable el mago de Los Pinos? Con una palabra o un ademán y todo el séquito de burócratas… ¿cambiarán los cursos de los ríos, las márgenes de los litorales; la corrupción de las aduanas y los excesos de los extravagantes?
Los conspicuos creen en el héroe aunque le desprecien, creen en el mago aunque lo maldigan en privado, le dan una protestad que en la charla de sobremesa le niegan. ¿Dirán infamias infundadas como bromas en la sobremesa?… pero igual van en religiosa peregrinación a los pinos.
El líder sindical, y el representante de los deudores; las madres de los quemados y los familiares de los secuestrados; las familias de las muertas de Juárez o los huérfanos de los emigrantes; Los abogados de la francesa y los representantes del musicalizador;el atleta, el científico y hasta el poeta, todos van a pedir mercedes al mago sexenal.
¡A ver!, a ver que les dan a los conspicuos.
Yo hubiere pensado que la sociedad es más poderosa, más inteligente, más apasionada y ardorosa. Que cada mexicanito aportara generoso. Que labore gracioso, eficiente y pertinaz…
¿Quién estará más sonso?, seguro yo… he de poner mis manitas supinas en Chapultepec, a ver, ¡a ver… que me dan!
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