Ridículo es morir frente al criminal. Hay quien defiende el vehículo y pierde además la vida.
Hay quien no abandona la casa, aun cuando la naturaleza por agua, o por fuego o telúrico movimiento ese espacio reclama.
Más absurdo es morir porque faltan pesos para cubrir una colegiatura para un papel que dice que sabe el vástago, lo que no ha aprendido; Más absurdo es morir por una batidora, por la cuenta a crédito, que es otro papel.
¡ay, paraplejia!, ¡ay ataque al miocardio!
Y le dicen a la angustia económica de mil formas… solo un imbécil le pone nombres al absurdo…
Sigue labrando en el agua, mientras la ola se lleva tu existencia…
Me mofaría si no fuera trágico…
¡que va!
¡Ja, ja, ja, ja!
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