4 de enero de 2010

Carta a los Santos Reyes Magos




Enero cinco del veinte diez (2010)


Queridos Santos Reyes Magos:




Tiempo ha que no hago peticiones a sus santas majestades, no por falta de deseo, ¡Dios sabe cuantas veces aspiré a cuanta cosa!; No me viene bien decir cuanto merezco lo que pido, de hecho solicito sin merecimiento alguno. Si alguna cosa buena hice durante el año, no faltará el análisis para la mejora. ¿Me bastará que de intención no quise malograr a nadie? ni tenerle mala voluntad a nadie... bueno, ni a mi vecino.


Tampoco me cuadra decir que traigo necesidades, pues con apuros o sin ellos me he traído la existencia hasta estos días y mal que bien ando, como y duermo en compañía de los seres queridos, en contacto con los amigos y oteo a los que pudieren no serlo...


Muchas veces me aconteció que pidiera para mi, y fuere algún primo o un compañero de la escuela o algún vecino el que disfrutó del beneficio... con esta conciencia y con esta experiencia he resuelto pedirles este año aunque para mi, no por mi, y aunque para mi familia,  no por mi familia; por que es escaso, pedir por estas latitudes, tan solo; o por el continente o por la civilización de occidente, por ello quiero lo que quieren , lo que añoran las mujeres jóvenes y bonitas. ¡Que quede claro!: no deseo que me traigan una mujer joven y bonita, pues la juventud se va y la belleza... ¡bueno! y... se queda la vieja y luego se queda con todo... ¡No!. Lo que quiero es lo que ellas quieren... o por lo menos, es lo que dicen ellas que quieren en casi cualquier certamen de belleza: "paz mundial".


RMO

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