Por Ricardo Meade
Agosto, 2007
Hacia la decadencia del Tercer Reich, muchos teutones, colaboracionistas o no, que tuvieran algún recurso, escaparon de la debacle huyendo hacia el continente americano. Los grandes cerebros de la superestructura nazi carecieron de problemas, pues pronto estuvieron trabajando con fondos de la extinta Unión Soviética o con los recursos de la muy afinada democracia de los Estados Unidos Americanos.
Pero los alemanes acomodados que tuvieron ocasión de enterarse a tiempo de que su patria sería partida en federal y democrática y seguros de que el rencor tártaro no preguntaría que mujer colaboró o no, y las violarían a todas... Vieron posibilidades en los otros países del continente y a fuerza de exprimir recursos e ideas se fueron diseminando en diversas partes del continente y es de fama el asilo que les dieron en Argentina, Uruguay, Paraguay; no faltó el que se asentó Honduras, Panamá o Guatemala; Muchos gustosos del clima se fueron a las Bahamas y los más extraviados llegaron a México, haciendo sus reales en Cuernavaca.
Sufrido era de origen alemán, sus padres llegaron en la oleada descrita, pero se quedaron en la ciudad de México y pronto buscaron parecerse lo más posible a los oriundos: se dedicaron al comercio. Su progenitora lo llevó al registro civil, en compañía de su padre y a fuerza de hacerse entender se llamó Sufrido Mendaz, fue lo que pudo comprender el burócrata. Pudo entonces el hijo teutones contar con las identificaciones necesarias para pasar por mexicano de origen, a pesar de que sus padres malamente hablaban el español, seguían otro rito religioso, buscaban otros mendrugos que llevarse a la boca y difícilmente admiraban a Quetzalcóatl.
Así, con ese nombre, Sufrido padeció la primaria, la secundaria, la preparatoria y aun los estudios superiores. Sea la raza, el pan negro o la cerveza tibia, el caso es que destacaba no solo con sus ojos azules, su cabello rubio y su portentoso cuerpo, sino aun en los estudios y se licenció de Ingeniero Mecánico. Dejó los estudios sin la actual aprensión de obtener alguna maestría y doctorado y la revuelta juvenil marcusiana lo encontró ya colocado en una empresa americana de productos electrodomésticos, donde no tuvo problema para acceder y menos aun en lograr puestos de toma de decisión, ya que su etnia hacía que los mexicanos lo confundieran con americano y éstos últimos, también.
Sufrido no sabía una letra de alemán, a no ser unas exclamaciones que solían soltar sus padres en momentos de desesperación. Ante el terror de ser sorprendidos se tapaban la boca con nerviosismo y los reclamos cesaban. A cambio dominaba el español y el inglés. Siendo gerente de producción conoció a unas poblanas, Encarnación y Sacrificio y seducido por la prieta piel, los ojos dormilones y las risas pueblerinas, estableció su familia con Sacrificio, ya que Encarnación, aunque simpática lidiaba con problemas de peso... era manirrota.
Sufrido, sacó adelante la crianza que entonces era bien visto que fuera extensa y nada más procreo seis hijos con Sacrificio, los cuales resultaron una amalgama curiosa de colores, semejante a la camada de gatos donde conviven negros, castaños, pintos, amarillos y colorados.
Y aunque tal colorido podría generar en otras parejas suspicacias y aun tragedias, no hubo dudas para Sacrificio ni para Sufrido.
Ya entrados en canas, y con algunos años en el retiro, pues Sufrido resultó ser previsor, pudo hacerse del suficiente espacio para dedicarse a la fabricación de pequeñas réplicas de cuanto vehículo exista en el mundo y puso una tienda donde vende sus modelos en las cercanías de la Universidad Autónoma de México, quizá alguna vez tropezaron él y El Sub- comandante Marcos, sin jamás enterarse del encuentro, así el descendiente de alemanes no conoció a Marcos y este tampoco conoció a Sufrido alguno, menos aun a Sacrificio, quien rara vez iba a la tienda.
Siempre asentados en la misma ciudad, está ha mudado para la familia Mendaz; Aun no llegaba Sacrificio a la vida de Sufrido cuando todavía era la ciudad de los palacios, se inauguró el museo de antropología y muchos pensaron que era la ciudad de Uruchurtu ya que durante casi veinte años hizo lo que quiso con ella. Seguía Sufrido sin Sacrificio cuando Corona del Rosal puso el metro y el Presidente Díaz Ordaz hizo el primer trayecto a Observatorio, saliendo de Zaragoza. En realidad llegó Sacrificio con Hank quien viendo que el llamado Circuito Interior, no era circuito, que el periférico no era periférico y que el viaducto era un desastre se dedicó a cambiarle nombre a las calles, por ejes y pese a la contradicción poner trolebuses en contrasentido; El último jefe de gobierno enfrentó los mismos problemas y al sindicato del municipalizado servicio de transporte y entre mil marchas, Camacho puso a la Ciudad como centro de las manifestaciones, se le llamó entonces manifestódromo y justo fue cuando nació Angustias.
El primer gobernador electo fue Cuauhtémoc, y luego vino Dolores, la tercera hija de Sufrido y Sacrificio; para acabar con Esperanza, que fue la última de la prole, y justo la Ciudad se dijo ser la ciudad de Pela....
Ahora que Sufrido y Sacrificio juegan con sus nietos, de nombres menos tradicionales, se amenaza con convertir toda la ciudad en playa artificial, a fuerza de no darle mantenimiento a las cloacas, con que no venga ser que desde el tiempo de Porfirio no se halla hecho mantenimiento alguno. Pese a la amenaza Sufrido y Sacrificio esperan con Paz a que Dolores pase por su hija, pues ahora hacen de niñeras de sus nietos, aunque no suman estos los hijos que tuvieron
Pese a que la burocracia del registro civil ha evolucionado y nombres como Anivrev y el de nuestro héroe son ya son cosa del pasado, a los condiscípulos de Felicitas, hija de Angustias, nieta de Sufrido y Sacrificio le siguen haciendo bromas. Lo mismo sucede con Paz, Tranquilino y Buenaventura (quien quizá vea la torre del bicentenario), y no debe olvidarse que toda esta familia comparte el apellido del abuelo, que pese a la biografía no deja de ser Mendaz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario