24 de diciembre de 2014

El arrullo, cuento de Navidad

Habíamos organizado un par de posadas y asistido a las otras todas, de suerte que llegar a casa de la abuela la víspera de Navidad no podría traernos novedad alguna. Que los aguinaldos con dulces confitados o los cantos de posada; el rosario en latín y la procesión con los peregrinos; Los adornos claro y el nacimiento; ahí si debo reconocer que la maqueta o representación era portentosa con un mensaje universal.

Entre los numerosos viajes que había realizado mi abuela y mi abuelo no habían dejado escapar la oportunidad de hacerse de figuras para el nacimiento de todas partes del mundo, otras muchas las mandaron hacer y otras más, amigos y familiares se las obsequiaron. Prácticamente no había un lugar dentro del extenso jardín donde no hubiere una escena pastoril o bucólica de alguna región del mundo. La idea, según mi abuela era tener una representación de toda la humanidad...

- ¡Pero "Abue"!- le corregía la plana-  si hay muchos países en el mundo que no conocen o no reconocen el nacimiento de Jesús.

- Pero con su favor, todas las comunidades del mundo, todas le conocerán- y como era fanática de los viajes en el tiempo era imposible ganar semejante debate.

Por supuesto que en la novena posada la abuela hacía por quebrar piñatas siempre de siete picos y las llenaba con casi todas las frutas, menos las mandarinas:

- Es una pena que se rompan al caer al suelo, esas las reparto en los aguinaldos.

La festiva casa estaba toda decorada con festones, guirnaldas, velas, esferas  y adornos de todas partes del mundo, poco énfasis le daba al famoso Santa Claus, pero le atendía más o menos porque algunas ahijadas y nietas le llevaban también esas figuras para el "Nacimiento Internacional". Igual pasaba con la música y oíamos los dichosos villancicos de allá y acullá, aunque muchos eran el mismo con alguna variante de idioma o de ritmo.

Buena parte de la concurrencia, sobre todo mis primos más pequeños querían llegar al momento de la repartición de obsequios, pero para mi abuela ni la cena de la víspera ni el abrir obsequios apenas dieran las doce era lo oportuno. En cuanto terminaba la Noche Buena, quizá desde unos instantes antes sacaba radiante una imagen del niño Dios. Un primor y un alarde, la figurita toda articulada y de dimensiones acordes con la Sagrada Familia del Belén, tenía al propósito su pesebre a modo de cuna y lo mismo podía regresar la dulce mirada de la virgen como la orgullosa del padre adoptivo.

A las doce en punto se colocaba al niño en el pesebre y toda la familia extendida hasta las amistades se proponía responder la gran cantidad de oraciones, que también coleccionó mi abuela de todo el mundo y ya entrada en gastos creo que parte de su actividad en cada día era investigar más protocolos de todas partes del mundo.

La oración larga y conmovedora precedía el momento cumbre, cuando en una mascada yo diría muy modesta (hubo años que fue un paliacate o un simple pañuelo) acomodaba al niño y entonábamos todos canciones de arrullo. En parejas nos turnábamos para arrullarlo.

Todos los años, todos podíamos arrullar al niño, si queríamos; aun los niños más traviesos e inquietos lo hacían y no faltaba el que quería hacer maniobras osadas y hasta... ¡fuera de lugar!, pero la abuela lo permitía todo.

- Abue, un día lo van a romper... no saben tratarlo
-Con todo lo que aprecio al Niño Dios, no puedo negarle a nadie que lo arrulle. El se cuidará del afecto bizarro o audaz.
- ¡bueno!- le contestaba preocupado, aunque a la fecha nada grave la ha sucedido...

Después con ternura casi similar a la que les tuvo a sus hijos y a sus nietos, lo colocaba nuevamente en el Belén. Y yo pensaba que la abuela ese día se mantenía en vigilia como un homenaje al Divino Niño.

Año tras año mi abuela ha mantenido este rito o protocolo y considera que es conveniente legar responsabilidad, su decisión me sorprendió pues me siento más que merecedor de tal responsabilidad pero resulta que este año, y hasta que tú quieras, te toca custodiar la figura del Divino Niño para  que le arrulles. ¡Muchas felicidades!

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente tradición...Muchas felicidades!!!