Señorías de la FIFA:
Soy un
mexicano aficionado al deporte del fútbol, como muchos otros ciudadanos de mi
país desde niño me divertía con mis amigos jugando en camellones y callejuelas;
también llegué a jugar portando uniforme en la escuela, pues cada salón podía
armar un equipo. Ya en la vida laboral también formé parte de algunos
representativos de empresa. Las groserías, malas palabras y todo tipo de
expresiones menudean en estos ámbitos. Durante el juego presas de la emoción se
permitía uno todo tipo de expresiones, con diversas consecuencias (no es lo
mismo insultar de un modo u otro a una persona con o sin investidura).
En
México, como en muchos otros países que comparten el idioma Español y me consta
que en otros idiomas también sucede, las palabras que sirven para injuriar
también son útiles para halagar, dependiendo del contexto. En nuestro país,
todas las expresiones groseras tienen este doble significado, en ocasiones una
aplicación universal y suelen ser hasta jocosas (sólo existe una expresión, a
mí parecer, que carece de un significado positivo).
No me
detendré a elaborar un glosario para cada expresión, existen muchos libros dedicados
a esta materia. Me dedicaré a la expresión con la que se nos difama de “racistas”.
Efectivamente, como en muchas latitudes del mundo, existen mexicanos que no
comprenden y no entienden la homosexualidad y tampoco les interesa comprender o entender; Pero la extensa mayoría de mexicanos les tolera y muchos son admirados por su actividad profesional.
De esta
suerte son apreciados por la sociedad personas que se rumorea o se entiende que son
homosexuales, aunque no nos conste en modo alguno; como ellos y ellas no lo publican,
yo aquí tampoco, pero son personajes del mundo del espectáculo, del deporte,
incluso de la política. A ninguno de ellos le mentamos “puto”. Las personas que
reciben esa expresión suelen ser heterosexuales y se usa esa expresión para
denotar un carácter pusilánime o cobarde. Curiosamente, cuando una persona
golpea a otra de manera feroz y ostensible o bien cuando uno cae al suelo se
dice que se llevó un “putazo” lo cual no
significa en modo alguno una referencia a preferencia o práctica sexual alguna.
Cuando a un portero se le grita “puto” en un partido de fútbol o bien a un jugador (ha sucedido varias veces) es para molestarle, haciéndole ver que carece del ímpetu necesario para jugar el deporte o por realizar una maniobra particularmente arriesgada (como el saque de meta... ¡Salga jugando!).
Cuando a un portero se le grita “puto” en un partido de fútbol o bien a un jugador (ha sucedido varias veces) es para molestarle, haciéndole ver que carece del ímpetu necesario para jugar el deporte o por realizar una maniobra particularmente arriesgada (como el saque de meta... ¡Salga jugando!).
Muy
distinto sería llamarle “Pinche”, esta palabra carece de un significado halagüeño,
la usamos para señalar al que debiendo hacer una tarea, pese a ostentarse como
perito, no lo hace. Un médico, un servidor público, un mecánico o un mesero… si
le decimos “Pinche” le estaríamos insultando. Un portero en México podrá hasta
tomar como broma que le digan “Puto”, no así si le dicen “Pinche”.
Por lo
cual les invito a que realicen bien su tarea, si desisten de multar o afectar
al representativo mexicano algunos de nosotros les diremos “Putos”; pero en definitiva
no “Pinches”.
Ricardo Meade.
Aficionado.
Ricardo Meade.
Aficionado.
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