11 de junio de 2012

El rey de los roedores

 

Cada cierto tiempo la república de los roedores cambia de mandatario, son plétora las especies de esa nación desde las conocidas ratas  y ratones, como los industriosos castores o los ciegos topos; corren sin descanso las liebres y los conejos; los hay trepadores y existen ardillas que si bien no vuelan, casi… pero son como paracaidistas.

Al final quedaron cuatro aspirantes, una Ardilla, un Topo, una Liebre y el Conejo de Lemuria; Hicieron sus propuestas todas ellas sensatas para cada quien. Todas las ardillas pensaban votar por la ardilla, les gustaba guardar bellotas para el invierno y pronosticaban uno especialmente difícil. Todas las liebres querían que ganara la liebre, maestra en obtener botines y salir corriendo; los topos estaban divididos y unos querían votar por el Conejo de Lemuria, otros por la liebre y algunos por el propio topo. Los Conejos todos votarían por el Conejo de Lemuria.

Pronto las liebres entraron en conflicto porque este Conejo de Lemuria se parecía mucho a ellas; así que empezaron a dividir sus votos, en las consultas que se hacían… les gustaba mucho el Conejo de Lemuria era fuerte, era grande…¡Era bello!… Las ardillas empezaron también a tener segundos pensamientos y empezaron a dudar.

Ratas y ratones se sentían muy mal representados, culpa de ellos era no haber postulado un buen ejemplar y discurrían en todos los tópicos, desde no votar, hasta votar por el Topo y dudaban chillaban y se agredían unos a otros. Empezaron a gustar del Conejo  de Lemuria, pese a sus hábitos raros… un feo chillido, escaso interés por los libros y un desagradable olor… Pero era grande como un canino, gris como la mayoría de las ratas y los ratones… era ¡bello!.

Lo que olvidaban los electores es que el único roedor que come carne  de roedor es el Conejo de Lemuria. ¡Buen apetito!

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