4 de mayo de 2009

El cuento del miedo

El miedo escurría, al principio lento, torpe y hasta daba risa; los niños saltaban divertidos y los adultos sonreían, era como un pequeño envase de cajeta a una ligera inclinación, así avanzaba y obscuro pero como dulce. Dirían los cronistas que el recorrido era perezoso, taciturno; pero no delicado, ni cuidadoso; La lentitud inicial hasta daba la impresión de que era domesticable.

En las ferias lo traían así como diversión y apoyados en la sorpresa, al ver que era inocuo la gente sonreía estúpida, bobalicona, idiota... y el domador repetía su acto, a veces contra sí, a veces contra otro y como nada pasare, pensamos que era domesticable....

Así que el miedo luego como que se hizo más líquido, vertiginoso; un paso ligero y amenazante. Era como un tropel de algo y sabías que no podrías enfrentarle solo o evitarle tan sólo... y ya no era gracioso porque mirabas algunos que lo reconocieron con risa y quedaron yertos.... y los padres corrieron por los hijos, pero algunos llegaron tarde... no dijeron que el miedo los atrapó como una amiba abraza con sus seudópodos. Decían que era un accidente tonto... una distracción estúpida... si habría que culpar a alguien sería al progenitor... pues aunque de la madre se sabe que se mama el miedo también dicen que con eso te educa...

Luego el miedo se hizo conspicuo, fascinante, atrayente; unos ingenieros construyeron máquinas casi invencibles, para que el héroe enfrentara al miedo; así aunque mortal se convirtió en desafío y se hablaba de los que se convirtieron en leyenda... Grandes placas se pusieron en las ciudades a los que vistiendo armaduras o blandiendo armas habían sobrevivido al miedo... eran próceres y luego ya ni humanos... casi de otra especie... una nueva especie de humano... o unos dioses... o hijos de dioses o medio dioses y medio humanos...

Y el miedo crecía y decían que espantaba... otros que aterraba... no solo amenazaba con la muerte sino con dolor previo, con humillación a veces, con el horror de ser testigo de lo que te iba a pasar y la gente miraba, sufría y moría y fue peor cuando los héroes o los que creíamos héroes armados y todo, sucumbieron. Llegaron entonces los científicos que eran así otro tipo de héroe; disfrazados, que no armados, decían que derrotaban al miedo....

Y el miedo se escurría, o caía del cielo o saltaba del infra mundo y ahora estaba dentro y te comía por dentro,. porque si besabas... te mataba, si acariciabas... te mataba y luego, te digo que luego o sea ¡ahora!... si respiras te mata... si respiras te mata y si no respiras te mueres.... pero están cerca los hombres de bata, envueltos en sábanas se defendían del miedo siendo impolutos y no parecía que triunfaran y cuando el miedo parecía cajeta de nuevo y que los niños podían jugar con él, de repente se entusiasmaba y mordía y dentellaba y luego centelleaba y luego quemaba... y el ciclo se repetía.... y todos morían a su turno... el hombre,el domador, el villano, el héroe y el científico...

El sabio gritaba o murmuraba, luego ni eso, nada más se preocupo por dejarlo escrito, pero siempre decía lo mismo: amar.... amor... amar a los otros... así se salía del torrente del miedo....

Y las personas del mundo prefieren vencer el miedo que amar... ¡pero ese...!, ¡ese era otro cuento....!

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